Ya nadie se plantea una arquitectura permanente. Los materiales tradicionales precisan de más tiempo y nosotros vivimos en una cultura cortoplacista.
Adiós a los edificios eternos
Carmen Pinós
Por todo ello, día a día, surgen nuevos materiales que hacen que esta afirmación tome cuerpo y se afiance y entre ellos encontramos el policarbonato.

Fuente: Arquitectura Viva
En pocos años, dicho material, ha pasado de ser un gran desconocido a revolucionar mundos como el de la construcción, el diseño, el interiorismo o el escaparatismo, destinando aproximadamente el 20% de su producción a la arquitectura y similares; siendo estos los campos en los que más se utiliza.

Fuente: Spatiul Construit
Este auge no es para menos ya que incluso, este material termoplástico amorfo, ha conseguido desbancar a las planchas de fibra de vidrio debido a que es veinte veces más resistente. Pero no solo es más resistente, si no que es capaz de proporcionar un gran aislamiento acústico y térmico, es duro, moldeable, se puede teñir según el efecto que se desee conseguir y, además, se puede colocar en numerosos tipos de estructuras. Se utiliza principalmente cuando se requiere un material por el que sea posible ver el exterior pero que a la vez resista todas las inclemencias. Es importante tener en cuenta que: aunque se tengan ciertas creencias de que los distintos tipos de plásticos no son “amistosos” con el medio ambiente, sí que es cierto que su reciclado es posible y con ello evitar perjudicar el medio ambiente y satisfacer las necesidades humanas.

Fuente: Arquitectura Viva
El policarbonato posee una clasificación muy específica y esta se hace atendiendo al modo en el que se desea recibir el material, es decir, en plancha o en película, que será de una manera o de otra dependiendo el uso para el que se vaya a destinar.
El policarbonato en película, no tiene aplicación específica dentro del mundo de la arquitectura, pero sin embargo se utiliza para recubrir productos que se han fabricado con otros plásticos; o como producto independiente para la fabricación de tarjetas o tableros de mando, entre otros.

Fuente: Ovacen
El policarbonato en plancha, se subdivide en policarbonato rígido o compacto y policarbonato celular. El policarbonato rígido o compacto tampoco se usa de manera frecuente en arquitectura, pero si para la realización de piezas pequeñas en las que se requiere la combinación de resistencia y transparencia. A diferencia de los anteriores, el policarbonato celular es el único que se utiliza en arquitectura y se presenta en forma de paneles, con distintos grosores y con una sección de celdillas para garantizar que se produzca la máxima relación entre cantidad de material y rigidez de este.

Fuente: El País
Es cierto que existen determinadas creencias acerca de que el plástico, y en este caso el policarbonato, no es lo suficientemente duradero para utilizarse en construcciones. Y en cierto modo es así, ya que, a este se le estima una vida media de 20 años, pero al no utilizarse para realizar cimientos y ser un material ligero, de bajo coste tanto de fabricación como de transporte, es posible cambiarlo con relativa facilidad si este se deteriora. Es aquí donde realmente reside el secreto de la nueva construcción, adaptada al nuevo tiempo y a las nuevas necesidades que se alejarán de los materiales tradicionales, a los que Carmen Pinós hacía referencia, y que nos permitirán una mayor innovación y la apertura hacia un gran abanico de oportunidades.
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