Where combination is possible, competition is not possible
Robert Stephenson, constructor de la primera línea ferroviaria.
La estación, ese paraje en que se hace un alto en un viaje, donde multitudes cargadas hasta los dientes van y vienen con alegría por emprender una aventura, o la amargura de terminarla convergiendo en un mismo lugar con un único propósito: embarcar.
No obstante, la palabra “estación” no tendría sentido si no le añadimos un invento detrás, ya que nos encontramos con una tipología derivada de las necesidades creadas por una máquina, en este caso, el tren.

Fuente: Archdaily
De esta forma, para poder entender el edificio se debe, en primera instancia, analizar el invento. Ya que se trata de un elemento mucho más largo que ancho, que se desplaza a través de vías para la carga y descarga de pasajeros o mercancía. Por este motivo, y a raíz de esta forma, las tipologías arquitectónicas resultantes se manifiestan, o bien en sentido paralelo a las vías, o bien perpendiculares a éstas. También se puede barajar el carácter mixto en su aspecto formal si se consideran otros medios de transporte, como son el metro o las estaciones de autobús.

Fuente: Plataforma Arquitectura
En la actualidad, la disposición de una estación de tren se produce a través de una estratificación de programa: en el primer nivel se encontrarían las vías y en el segundo, las comunicaciones con el exterior y los servicios.

Fuente: Archdaily
En este segundo nivel, se consideran dos espacios relevantes: el espacio generado por el propio trayecto desde el tren hasta los accesos; y el espacio público que constituye la estación.
El ticket funciona como un elemento de contrato, el cuál proporciona la posibilidad de tránsito entre el espacio público y el propio servicio ferroviario, creando un filtro entre la zona pública y privada.

Fuente: Arquitectura Viva
Si se observa el espacio público de las estaciones actuales, éstos se configuran mediante elementos muy abiertos, con numerosos accesos y con un fuerte carácter de escaparate. El cuál, a su vez, potencia tanto la imagen turística, como la del medio de transporte. Sin embargo, es contradictorio que no se potencie el fin por el que se pisa una estación, el andén.

Fuente: Vivireltren
Por consiguiente, analizando el recorrido del andén desde el tren hasta la estación, se encuentran elementos muy alargados, con escaso mobiliario y sin ningún carácter asociado. Además, si se consideran las interconexiones entre las diferentes líneas de trenes, encontramos más similitudes con una pista de atletismo que con una arquitectura de calidad en comunicaciones, rica en gestión de usos y en accesibilidad.
Actualmente, se pretende generar otro tipo de espacios manipulando texturas y creando experiencias visuales que proporcionan otro enfoque a estos espacios tan complejos, convirtiendo, el Junkspace de Koolhaas o el “no lugar” de Augé en espacios polivalentes con amplias posibilidades.
Un ejemplo claro, es el caso de la Estación de Miaoli, donde se han utilizado estas herramientas para aportar al viajero una experiencia diferente.

Fuente: Archdaily
También cabe la posibilidad de dar un paso hacia atrás y considerar los elementos que funcionan, desechando esos no lugares sin carácter y regenerando las estaciones con nuevos usos. Un ejemplo de estos nuevos usos es la estación de Atocha, cuyo invernadero y su familia de tortugas no pasa desapercibido, aportando un carácter memorable al lugar mediante el entretenimiento.

Fuente: Megaconstrucciones
Como estaciones de tren de interés destacamos:
- Estación Central de Berlín
- Estación de St. Pancras
- Estación Central de Milán
- Estación Central de Nueva York
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